Durante los últimos años se ha incrementado la tendencia de consumir suplementos alimenticios para mejorar el rendimiento de nuestra salud.
Esta siendo una alternativa natural para entregar a nuestro cuerpo energía necesaria para trabajar día a día, pero ¿serán muy seguros estos suplementos?
La nutrición comprende el aporte de nutrientes al organismo con el fin de mantener un funcionamiento adecuado, prevenir la deficiencia de nutrientes y evitar enfermedades relacionadas con la desnutrición.
Sin embargo, se producen situaciones y enfermedades que vuelven difícil cumplir con los requisitos de energía y nutrientes que demanda nuestro cuerpo solamente con la ingesta de alimentos.
En estos casos está indicado el uso de suplementos nutricionales orales. Una correcta nutrición mediante la alimentación es una de las claves de un estilo de vida saludable.
Normalmente no llenamos los requerimientos que nuestro cuerpo nos pide para su funcionamiento al 100%. Los suplementos representan una opción saludable para complementar la alimentación que el cuerpo necesita y a ayudar a obtener vitaminas y minerales adicionales en cada una de las comidas.
¿Qué son los suplementos alimenticios?
Los suplementos alimenticios, de acuerdo a lo establecido en la Ley General de Salud, se definen como aquellos productos a base de hierbas, extractos vegetales, alimentos tradicionales, deshidratados o concentrados de frutas, adicionados o no, de vitaminas o minerales.
Cuya finalidad de uso es incrementar la ingesta dietética total, complementarla o suplir algún componente, no pudiendo estar compuestos únicamente de vitaminas y minerales.
Las formas farmacéuticas aceptadas son aquellas que se ingieren vía oral como: cápsula, emulsión, suspensión, jarabe, polvo, soluciones y tabletas, entre otras que se encuentran contempladas en la Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos.
Por lo anterior los suplementos alimenticios no son un producto dirigido para tratar, curar, prevenir o aliviar síntomas de alguna enfermedad. No sirven para bajar de peso, combatir la obesidad o sobrepeso y tampoco son de uso afrodisiaco.
Beneficios de los suplementos alimenticios
Los alimentos integrales ofrecen tres beneficios principales en comparación con los suplementos alimentarios:
- Mayor nutrición: Los alimentos integrales son complejos y contienen una variedad de micronutrientes que el cuerpo necesita.
- Fibras esenciales: como granos integrales, frutas, verduras y legumbres, aportan fibra alimentaria.
- Sustancias protectoras: Muchos alimentos saludables contienen sustancias químicas que promueven la salud, como antioxidantes.
los suplementos, o los alimentos fortificados, pueden ser apropiados si:
- Estás embarazada o tratando de quedar embarazada
- Tienes 50 años o más
- Tienes falta de apetito o problemas para obtener alimentos nutritivos
- Sigues una dieta que excluya grupos enteros de alimentos
- Tienes una afección médica que influye en la forma en que tu cuerpo digiere los nutrientes.
- Has tenido una cirugía del tracto digestivo que afecta la forma en que tu cuerpo digiere los nutrientes
Contradicciones de los suplementos alimenticios
Muchos suplementos contienen ingredientes activos que tienen fuertes efectos biológicos en el cuerpo.
Esto podría hacerlos inseguros en algunas situaciones y afectar o complicar su salud. Por ejemplo, las siguientes acciones pueden conducir a consecuencias perjudiciales, incluso mortales.
- Combinación de suplementos
- Usar suplementos con medicamentos (ya sea con receta o de venta libre)
- Sustituir suplementos por medicamentos recetados
- Tomar demasiado de algunos suplementos, tales como la vitamina A, vitamina D, o hierro.
Recuerda además de que: No son un producto dirigido para tratar, curar, prevenir o aliviar síntomas de alguna enfermedad, no sirven para bajar de peso, combatir la obesidad o sobrepeso ni son de uso afrodisiaco.
Por lo tanto, asegúrese de informar a su proveedor de atención médica, incluyendo a su farmacéutico, acerca de cualquier suplemento que esté tomando.
Recomendaciones
Si padeces alguna enfermedad como diabetes, hipertensión o alguna otra, es necesario que lleves un tratamiento integral, es decir, es importante que un médico te evalúe y te proporcione el tratamiento adecuado para ti.
También es indispensable seguir un plan de alimentación recomendado por un nutriólogo que se ajuste a tus necesidades.
Se debe tener en cuenta que, los productos dirigidos a tratar o curar un padecimiento o enfermedad son insumos para la salud (medicamentos, remedios), que deben ser prescritos por un profesional de la salud, y requieren un registro sanitario emitido por la Secretaría de Salud que avala su seguridad, calidad y eficacia (art. 22 Ley General de Salud).
Recuerda que el objetivo de un tratamiento integral es mejorar tu calidad de vida a largo plazo. Se requieren cambio de hábitos alimenticios y estilo de vida con el fin de disminuir o erradicar riesgos para la salud.